Violencia Laboral, Hostigamiento y Acoso Sexual. ¿Cuál es la Diferencia?
Por: Diana Patricia Martínez González
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta de Adultos y Grupos
Violencia Laboral, Hostigamiento y Acoso Sexual. ¿Cuál es la Diferencia?
Desvalorización de tu trabajo, discriminación, falta de respeto, comunicación limitada con tu jefe, cambio repentino de lugar o de área, tareas sin sentido, comentarios sugestivos, bromas ofensivas, miradas obscenas, pláticas indeseables, contacto físico no deseado… ¿Algo de esto te suena familiar? ¡Cuidado! Podrías estar viviendo violencia laboral.
El tema de la violencia, el hostigamiento y el acoso son situaciones que siempre han existido, sin embargo, no se les han dado la importancia que merecen. Estas palabras forman parte de nuestras conversaciones cotidianas, pero ¿realmente comprendemos a qué nos referimos cuando hablamos de violencia, hostigamiento y acoso?
La violencia requiere de nuestra especial atención, pues transgrede de múltiples maneras a nuestra sociedad, siendo el trabajo, uno de los escenarios más recurrentes. Vayamos de poco en poco para entender más acerca de este tema:
Violencia laboral
Cuando hablamos de violencia laboral nos referimos a una forma de abuso de poder que tiene por finalidad someter o excluir a un trabajador de su lugar de trabajo. La persona sufre abusos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo, que ponen en peligro, directa o indirectamente su seguridad, su bienestar o su salud.
Ahora, el hostigamiento y el acoso sexual son tipos de violencia e inequidad de género manifestadas en conductas de no reciprocas que atentan contra la integridad física, psicológica y económica de las personas, además implican una transgresión a los derechos humanos al negar el principio de la igualdad del trato (Secretaria del Trabajo y Previsión Social, 2020).
Aunque el hostigamiento y el acoso sexual estén incluidos en la violencia laboral, presentan diferencias. ¿Qué distingue al hostigamiento del acoso sexual?
Entendamos que, el hostigamiento, es el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente a quien agrede, es decir, cuando una persona con jerarquía superior a otra solicita favores a cambio de beneficios en el trabajo, ascensos o aumentos de salario y de cuya negación se originan represalias o despido.
Por su parte, el acoso sexual, es una forma de violencia en la que no hay subordinación, pero sí existe un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y riesgo para la víctima. Ejemplo de esto son: bromas, comentarios, miradas o coqueteos sexuales.
En ambos casos, se trata de conductas no solicitadas ni deseadas, sino que incomodan, humillan, insultan y degradan a las personas, estás pueden ser acciones repetitivas o que sólo se presentan una vez. Desgraciadamente, muchas veces, estas conductas se disfrazan de “afecto” o “atracción”, pero son demostraciones de poder que intimidan y provocan angustia en la víctima, lo que deriva en problemas de salud y afectaciones negativas en su desempeño.
Estos tipos de violencia limitan el derecho de las personas a trabajar en un ambiente sano, digno y seguro. Además, reducen las oportunidades de desarrollo profesional, disminuyen la confianza y autoestima al generar un estado constante de tensión emocional, luego entonces, se reduce su rendimiento y se incrementan los riesgos laborales.
Síntomas de personas sometidas a violencia
Las personas sometidas a violencia laboral, hostigamiento o acoso sexual pueden sentirse confundidas, culpables por los ataques a los que son sometidas; muchas veces prefieren permanecer calladas, pues asumen que nadie más les creerá o piensan que es su culpa tal situación, normalizan la situación o desconocen sus derechos. Todo esto puede desembocar en: ausentismo laboral, que sean menos eficaces o incluso la renuncia a ese empleo.
Algunas de las razones más frecuentes por las cuales los empleados se someten a estos escenarios de vulnerabilidad, pueden ser: miedo a perder el trabajo, desconocimiento del tema, así como de sus derechos, y la normalización de la violencia.
Por todo lo anterior, es que las empresas están sujetas a implementar, mantener y difundir políticas que impidan la violencia laboral y todos los riesgos psicosociales dentro y fuera del lugar de trabajo. No basta con que la empresa tenga un código de ética, se debe dejar de normalizar estos tipos de violencia e identificar la sutileza y complejidad de la situación, así como implementar medidas de prevención en centros laborales para ayudar a reducir la falta de productividad, el ausentismo, la rotación de personal y otras pérdidas innecesarias.
El mejoramiento en el clima organización y productividad en los espacios de trabajo, erradicar la violencia, brindar asesoramiento para que las empresas se vean fortalecidas y los trabajadores sean favorecido, no depende de uno sino de la colaboración de todos. ¿Te unes al cambio?
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Referencias:
Gobierno Federal. (2010). Hostigamiento y Acoso Sexual en al Ámbito Laboral. Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.
Secretaria del Trabajo y Previsión Social. (2020). Modelo de Protocolo para Prevenir, Atender y Erradicar la Violencia Laboral en los Centros de Trabajo. Gobierno de La República.
Secretaria del Trabajo y Previsión Social. (2020). Protocolo de actuación frente a casos de Violencia laboral, hostigamiento y acoso sexual, dirigido a las empresas de la República Mexicana. Gobierno de La República.