¿Hambre emocional? Cómo saber si es ansiedad o hambre.
Por: Diana Zavala
Psicóloga clínica y Especialista en Tanatología.
Contacto: diana@encuesta035.mx
“Al querer alterar o controlar el ritmo natural
de nuestro apetito es probable
que se desencadenen cuestiones emocionales”
-Psiconutrición México-
¿Hambre emocional? Cómo saber si es ansiedad o hambre.
En varias ocasiones hemos expresado nuestras emociones a través de nuestra relación con la comida, es decir, aquellas emociones que reprimimos o que no somos plenamente conscientes y que en muchas veces se expresan a través de un síntoma físico, conductual o simplemente en la forma en la que comemos.
Si bien la mayoría de la comida en buen estado debería gustarnos siendo que cumple con la función de nutrirnos, sin embargo, muchas veces no sabemos diferenciar si es hambre física o hambre emocional (ansiedad).
Comencemos por diferenciar tres puntos importantes, que son clave para nuestra alimentación:
- Hambre: Es una necesidad fisiológica de ingerir alimentos.
- Apetito: Es el deseo psicológico de comer, mismo que se encuentra asociado a las experiencias sensoriales.
- Saciedad: Es el freno de la alimentación cuando se produce el alto del aparato digestivo.
¿Sabías esta diferencia?
Estos 3 puntos se ven influenciados por nuestro sistema nervioso que envía las señales para que llevemos a cabo nuestra alimentación y cuando terminarla, pero aquí no es todo, anteriormente les mencione acerca de dos tipos de alimentación mismo que va enfocado a este blog:
La alimentación física:
Situada en el estómago va apareciendo de forma gradual, es decir, poco a poco se siente la necesidad de ingerir alimentos. Si bien pueden pasar largos lapsos sin ingerir ninguna clase de alimentos, por situaciones externas como exceso de carga de trabajo, no encontrar un buen lugar para comer, etc., sin embargo, no es recomendable que una persona pase muchas horas de ayuno, por lo que recomiendan los nutriólogos realizar de 3 a 5 comidas diarias, dependiendo del ritmo de vida de la persona.
La alimentación emocional:
Situada en la cabeza (excesos de pensamientos irracionales que nos llevan a una ansiedad o estrés); surge de manera repentina, puede aparecer después de haber comido, con preferencia a determinados alimentos pocos saludables consumiéndolos lo antes posible, pueden generar sentimientos de culpa por el consumo excesivo.
En este tipo de alimentación lo que se busca es encontrar un alivio ante las situaciones que causan estrés, ansiedad, depresión, frustración, y en ocasiones hasta para combatir el aburrimiento.
Para esto nuestras emociones juegan un papel importante debido a que afectan nuestra dieta, por ejemplo; cuando estamos tristes en ocasiones no nos cabe ningún bocado o cuando comemos con nervios la comida nos cae mal, y en muchas ocasiones la emociones pueden afectar negativamente la digestión provocando inclusive un síndrome de intestino irritable mismo que condicionara posteriormente la calidad de la dieta.
¿Te has dado cuenta qué cuando estás triste o enojado te da por comer algún alimento dulce o salado?
Regularmente cuando nos encontramos fatigados, con poca energía, con sueño, ansiedad, inclusive tristes, tendemos a comer más los dulces, pasteles, pays, aquello que contenga azúcares o harinas.
Sin embargo, aquellas personas que tienen una preocupación, angustia, ansiedad o presentan enojo, tienden a buscar comida más salada, ya sea agregado mayor cantidad de sal a sus comidas o buscando papas, cacahuates, etc., esto es debido a que la sal activa el movimiento del agua en el organismo y esa es la forma inconsciente de manifestar su inquietud interior.
“Detenernos a pensar lo que nos ocurre, y ponerle palabras, puede ayudarnos a contener el ansia de comer.”
J.L. Sánchez Benito y Y. Pontes Torrado, mencionan que, lo que nos afecta no son las emociones en sí mismas, sino la forma de afrontarlas. Y cuando la persona no es capaz de llevar a cabo estrategias de afrontamiento adecuadas surgen problemas que afectan, entre otros, a los hábitos alimentarios.
La alimentación emocional puede estar presente muchas veces, pero no debe ser la que predomine en nuestro día a día, de lo contrario, no sólo podemos agravar nuestro estado de ánimo o emociones sino, además, perjudicar nuestra salud.
¿Cómo puedo reducir el hambre emocional?
La clave inicial es identificar si tu hambre es física o emocional, para esto sería importante preguntarnos ¿Realmente tengo hambre? ¿Hace cuánto comí? ¿Cómo me siento físicamente? ¿Cuál es la emoción que presento en este momento? ¿Qué situación (junta, discusión, película, etc.) activa está dando la sensación de querer comer algo de manera inmediata? ¿Qué tipo de alimento busco comer?
Si alguna de tus respuestas está enfocada a que no buscas cualquier alimento si no un dulce, un pan (de cualquier presentación), un chocolate, unas papas, etc., entonces deberíamos de indagar nuestras emociones, puede que estemos aburridos, cansados, tristes, enojados, frustrados, y esto nos esté llevando al impulso de comer algo.
Una vez teniendo claro por qué estamos buscamos comida, lo que podemos hacer para combatir el exceso de ingesta de comida, es lo siguiente:
- Si estás en tu trabajo, busca realizar una pausa activa, camina o estírate un poco, realiza una pequeña conversación con tu compañero más cercano.
- Hidrátate tomando un poco de agua o infusiones como el té.
- Escucha un poco de música, lee un libro o un artículo distinto a las actividades que estés realizando.
- Durante la semana realiza alguna actividad física esto ayudará a que tu organismo se acostumbre a pedirte lo que necesita.
- Intenta dormir entre 6 y 8 horas diarias, de esta forma generarás un mejor descanso.
- Practica la alimentación consciente “escuchando a tu cuerpo”. Esto nos ayudará a ser conscientes de lo que comemos y como lo comemos, evitando a medida de lo posible las distracciones.
- Busca apoyo emocional, te ayudará a externar y hacer consciente tus emociones.
- Busca apoyo nutricional, te ayudará a llevar una alimentación más balanceada.
Todos cargamos con emociones reprimidas… y todos también sucumbimos a los antojos, o al menos los tenemos.
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REFERENCIAS:
- Fernández Lucas L.; Influencia de las emociones en la conducta alimentaria; Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Madrid
- Rodríguez Raquel (agosto 2016); Hambre emocional y hambre física: cómo la distinguimos; My Saludable; Blog en línea: https://muysaludable.sanitas.es/nutricion/hambre-emocional-hambre-fisico-los-distinguimos/
- Sánchez Benito JL, Pontes Torrado Y. (2012); Influencia de las emociones en la ingesta y control de peso. Nutrición hospitalaria.
- Sánchez Edith (2017); Dime qué comida te apetece y te diré cómo son tus emociones; La mente es maravillosa
- 4 tips para diferenciar entre hambre emocional y hambre física; Salud Digital, Fundación Carlos Slim; Blog en línea: https://www.clikisalud.net/4-tips-para-diferenciar-entre-hambre-emocional-y-hambre-fisica/